DeFi: Finanzas descentralizadas

En la introducción a las criptomonedas vimos que el bitcoin y la blockchain permitían prescindir de una entidad de confianza, los bancos, para apuntar cuántas monedas tiene cada uno y qué transacciones ha hecho.

Sin embargo, los bancos prestan algunos servicios más. Principalmente el poder dejar el dinero en ellos para que nos dé intereses o el pedir un préstamo para comprar una casa o o un coche.

Si en el banco metemos un dinero a plazo fijo, el banco nos da unos intereses. El banco a su vez presta ese dinero a gente que lo requiere para comprar una casa o un coche y le cobra unos intereses. Si al que se le ha prestado el dinero no devuelve el dinero, el banco actúa contra él y le embarga los avales que haya puesto al pedir el préstamos. A nosotros nos da nuestros intereses y terminado el plazo fijo, nos devuelve nuestro dinero.

Una vez más, es el banco, una entidad centralizada de confianza, la que se encarga de realizar toda esta operación y garantizar que todos cumplimos o conseguimos nuestra parte.

Con la evolución de la blockchain y la aparición de otras blockchais similares a la de bitcoin, como puede ser la de etherum, cuya moneda es el ether en vez de el bitcoin, es posible nuevamente prescindir del banco o de una entidad centralizada de confianza.

Las nuevas cadenas de bloques como etherum tienen la posibilidad de crear lo que se llaman contratos inteligentes. Un contrato inteligente es un programa software (SW), guardado en la misma blockchain que es capaz de ejecutar determinadas operaciones según se le programen. Al estar en la blockchain está repartido por miles de ordenadores de todo el mundo y una vez establecido es casi imposible de hackear o alterar.

Por ejemplo, un contrato inteligente puede servir para un préstamos. Vamos a ver el ejemplo del préstamo, pero para que tenga sentido, es necesario que veamos primero el concepto de moneda estable o stablecoin.

Las criptomonedas como bitcoin o ether valen lo que la gente esté dipuesta a pagar por ellas. Por ello, su valor en el tiempo oscila mucho. Esto tiene dos consecuencias

  • Mucha gente cree que van a subir de valor a largo plazo, por ello invierte en ellas y las tienen guardadas, no quiere gastarlas.
  • Su valor muy cambiante no las hacen adecuadas para operaciones depréstamos, ya que si pides prestado 1 bitcoin que actualmente vale 37000€ para comprar un coche, cuando tengas que devolverlo tendrás que comprar un bitcoin para devolver el préstamos y se bitcoin, en ese momento y a precio de mercado puede valer 10€ o 100000€.

Así que para este tipo de cosas han sacado las monedas estables. Son criptomonedas que siempre valen 1€, o un 1$ o la divisa que sea.

Bien, ya tenemos los conceptos necesarios para explicar como funciona un préstamo con un contrato inteligente. Por un lado, tenemos monedas como bitcoin que la gente no quiere desprenderse de ellas porque confían en que van a subir. Por otro lado monedas equivalentes a las monedas tradicionales como euros o dólares.

Un contrato inteligente para el préstamo, que es una pieza de SW almacenada en la blockchain, garantiza que todos los pasos se van a cumplir y podría actuar de la siguiente forma

  • Tú, que eres el que quiere prestar tu dinero para que te den unos intereses, metes en el contrato inteligente una moneda estable. A cambio, el contrato inteligente te garantiza un interés, en general más elevado que el que dan los bancos. Para monedas estables equivalentes al dólar, es fácil intereses del alrededor del 10%
  • La persona que quiere pedir un préstamo y no quiere vender sus bitcoins, pone bitcoins como aval dentro del contrato inteligente y a cambio el contrato inteligente le da monedas estables, las tuyas, para que pueda cambiar por dólares o euros y las gaste.
  • Puesto que el bitcoin puede cambiar mucho de valor, el contrato inteligente no le da tantos euros como valgan los bitcoins, sino que le da una cantidad bastante menor, quizás la mitad. De esta forma, se cubre hasta cierto punto la inestabilidad del precio del bitcoin.
  • La persona que ha recibido el préstamo tiene un tiempo para ir devolviéndolo con ciertos intereses, bien pagando parcialmente, bien todo de golpe, según lo que se haya programado en el contrato inteligente.
  • Si la persona no paga, sus bitcoins se cambian automáticamente por moneda estable para ir pagandote los intereses a tí que has puesto el dinero en préstamo o para devolverte el total una vez finaliza el período de préstamo.

Por supuesto, hay riesgos. Imagina que el bitcoin baja tanto que la persona que ha pedido el préstamo no le compensa devolverlo. Imagina que tenía 1 bitcoin, que a día de hoy vale 37000€, que puso como aval para un préstamo de 10000€. Cuando llega el momento de devolverlo él tiene sus 10000€ para recuperar su bitcoin, pero este por vicisitudes de la vida ha bajado y vale solo 1000€. Evidentemente, si es que sigue queriendo bitcoins, prefiere comprarse 10 bitcoins a precio de mercado que recuperar el que tenía bloqueado pagando 10000€ por él. Y tú, que prestaste esos 10000€, recibirías el bitcoin de 1000€.

Gracias al contrato inteligente y a cómo está hecho, una pieza de SW repartida en miles de ordenadores de todo el mundo, este tipo de operaciones es fiable y no dependen de una entidad central en la que confiemos.

Y los contratos inteligentes no son solo para préstamos. Al ser una programa de SW que alguien programa, está abierto a cualquier cosa que alguien pueda imaginar que se puede hacer con criptomonedas y las blockchain.

Resumiendo, con la aparición de los contratos inteligentes, se abre la posbilidad de hacer las mismas operaciones tradicionales que se hacen con los bancos, como poner a plazo fijo o pedir préstamos, de una forma segura y descentralizada, sin necesidad de una entidad de confianza como es el banco.

Filosofía del Bitcoin

Veamos de forma fácil por qué nació el bitcoin, con qué idea.

Actualmente nuestro dinero «está» en los bancos. Está, entre comillas, porque realmente no está. El banco no tiene una caja con nuestro nombre y ahí dentro los euros o la divisa que sea de cada uno de nosotros.

Si tu cobras tu nomina a principio de mes y pagas tus recibos, los bancos de tu empresa, el tuyo y el de tus acreedores hacen apuntes en sus libros de cuentas diciendo que tu empresa te ha pagado la nómina y que tú has pagado tus recibos, pero no tienen dinero guardado (euros o lo que sea) que sea de tu empresa o tuyo ni lo mueven físicamente de un banco a otro. Todos estos pagos se basan únicamente en que el banco apunta los movimientos y todos confiamos en que eso es cierto.

Así que si el dinero realmente no está ahí físicamente y todo se basa en que hay una entidad de confianza (el banco) que apunta todos esos movimientos, realmente ese dinero «no existe» y sólo tiene valor porque confiamos en los bancos. De hecho, si todos los comercios aceptaran pagos con tarjeta incluso para las más pequeñas cantidades, no veríamos el dinero físico en ningún momento.

Y con esta idea nació bitcoin:

Por un lado, una moneda virtual o criptomoneda. No existe realmente y la idea es que la gente la acepte como pago por las cosas. Es exactamente lo mismo que está pasando con los euros, cada vez son más «virtuales» y solo valen porque la gente los acepta com pago.

Por otro lado, un mecanismo fiable que indique cuánto tenemos cada uno y que pagos o transacciones hacemos, pero con la idea de mejorar lo que actualmente nos ofrecen los bancos y así no necesitarlos como entidades de confianza. Pegas de los bancos:

  • Los bancos no son 100% fiables, siempre hay personas detrás que pueden cometer algún tipo de fraude con nuestro dinero y hacernos perderlo si supera cierta cantidad que está garantizada a su vez por otro banco.
  • Los bancos requieren que te identifiques y en determinadas circunstancias pueden bloquear tu cuenta, con un motivo más o menos justificado y no dejarte acceder a tus fondos.
  • Las operaciones bancarias solo pueden realizarse a determinadas horas del día, normalmente días laborables. Si haces una transferencia un viernes por la tarde, posiblemente no llegue a destino hasta el lunes siguiente por la tarde.

Y el mecanismo fiable de bitcoin para resolver estos problemas y anotar todo el dinero que tenemos y las transacciones que hacemos es la famosa blockchain. No nos vamos a meter en detalles técnicos, pero sí a contar cómo soluciona los puntos anteriores. Entiende la blockchain como una base de datos de ordenador, diseñada especialmente para eso, guardar quién tiene el dinero, cuánto tiene y qué transacciones hace con él.

Para evitar que haya un organismo central (banco o cualquier otro), que tenga el control de esa base de datos, es una base de datos que corre actualmente en miles de ordenadores de gente normal, como podría ser tu ordenador o el mío. Cuando alguien hace una transacción, todos esos ordenadores deben almacenar la transacción, habiendo miles de copias de dicha transacción en miles de ordenadores repartidos por todo el mundo y además tienen que comunicarse entre ellos para confirmar que todos están de acuerdo en la transacción y que tienen los mismos datos. Cada ordenador tiene una copia completa de todas las transacciones.

¿Y cómo haces que la gente colabore con sus ordenadores para esto?. Pues ofreciendo recompensas. Cuando alguien hace una transacción, hay que encriptarla de una forma compleja antes de meterla en la base de datos. Todos los ordenadores compiten entre ellos para ver quién es el que es capaz de hacer la encriptación antes. El que lo consigue primero, pide validación a todos los demás de que está correctamente encriptada y si es así, dicha transacción se copia en todos los ordenadores y el propietario del ordenador que consiguió encriptarlo antes recibe una recompensa en bitcoins. Solo un detalle adicional, quizás un poco más técnico. La encriptación no es solo seguir un algoritmo de encriptación, tiene una parte importante de ensayo y error. Se parece más a resolver un acertijo a base de probar respuestas al azar que a ver quién echa cuentas más rápido.

Estos son los famosos mineros de bitcoin. Ponen su ordenador al servicio de la blockchain, cuanto más potentes sean los ordenadores más probabilidades tienen de resolver el acertijo los primeros y recibir la recompensa. Y justo por lo de que hay una parte importante de ensayo y error, el tener el ordenador más potente no garantiza que encuentres antes la solución, sólo que tienes más probabilidades porque puedes probar más posibles respuestas en menos tiempo. Pero puede sonar la flauta de que un tío con un ordenador poco potente acierte pronto y se lleve la recompensa, poco probable, pero posible.

Y este mecanismo distribuido de encriptado complejo y distribuido entre miles de ordenadores es el que hace que la blockchain sea muy fiable, prácticamente inhackeable. Si alguien quiere modificar un apunte o meter una nueva anotación falsa, tiene o bien que hackear a los miles de ordenadores para que todos estén de acuerdo o bien modificar todas las copias que tienen todos ellos.

Por otro lado, la gente que tiene bitcoins no necesita identificarse con nombres, apellidos y foto. A las personas que tiene bitcoin se les asignan dos claves. Una es pública, es la que ve todo el mundo y es la que utiliza la blockchain para asociarla a tus bitcoins. Es equivalente al número de cuenta de un banco tradicional, quien quiera transferirte bitcoins debe saber esa clave y con esa clave se puede consultar cuantos bitcoins tiene el propietario. La única diferencia con un banco tradicional es que nadie te pide ningún dato para darte esa clave, basta bajarse un programa de ordenador, ejecutarlo y ese mismo programa te da la clave.

Y la segunda clave que te dan es la privada. Esa te la guardas tú (o tu ordenador) y es la que te sirve para poder enviar dinero desde tu cuenta a otras cuentas o hacer pagos. Es equivalente a las claves que te piden los bancos on line para poder entrar en tu cuenta y hacer operaciones. Las claves privadas normalmente ni las ves, las sabe el programa que te has instalado en el ordenador. De aquí quitar un mito, tus bitcoins no están en tu ordenador o en tu pendrive. Tus bitcoins están en la blockchain, en los ordenadores de los miles de mineros. En tu ordenador o en tu pendrive sólo está la clave privada que te permite acceder a ellos.

Así que con este mecanismo se resuelven los problemas de los bancos tradicionales:

  • Son algoritmos de ordenador corriendo en miles de ordenadores todos de acuerdo. Es difícil que una persona mal intencionada pueda hacer ningún tipo de trampa, extraer fondos, etc. El único riesgo es que esa persona mal intencionada sea capaz de robar a una persona concreta sus claves privadas, accediendo a su ordenador. Pero es el mismo riesgo que tenemos si alguien descubre el pin de nuestra tarjeta de crédito o nuestras claves de banco. En ningún caso puede hacer trampas accediendo directamente a la base de datos del banco.
  • No tenemos que identificarnos. Todo el mundo puede ver nuestra clave pública, pero nadie sabe que es nuestra. Así que si alguien quisiera bloquearnos las cuentas a nosotros, tendría primero que saber cual es nuestra clave pública y luego quizás por orden judicial, pedirnos o quitarnos las claves privadas. Pero no existe el concepto de bloqueo de cuenta en la blockchain.
  • Y las operaciones son instantáneas, solo unos minutos, lo que tarden los mineros en resolver el acertijo, y se pueden hacer todos los días a cualquier hora del día, los ordenadores de los mineros están siempre encendidos.

Resumiendo, tiene muchas ventajas frente a bancos tradicionales: seguridad, descentralización y anonimato. La única pega al inicio es que la gente aceptara el bitcoin como dinero o para hacer pagos, sobre todo que fuera lo suficientemente interesante como para que alguien quiera convertirse en minero, pero cada vez se está demostrando que sí, que la gente lo está aceptando. Un bitcoin vale a día de hoy algo más de 38000€ y cada vez hay más tarjetas de crédito que convierten automáticamente bitcoins a euros/dólares para pagar en las tiendas y mineros hay unos 260000 actualmente.